Aunque
con un poco de retraso queríamos mandar desde aquí una doble felicitación a
nuestro admirado Álvaro Siza Vieira, pues en la semana de su cumpleaños ha sido
galardonado con el León de Oro a la Trayectoria de la 13º Exposición
Internacional de Arquitectura de la
Bienal de Venecia
Ganador
del Premio Mies van der Rohe en 1988, del Premio Pritzker en 1992 o del
Praemium Imperiale en 1998 entre otros, ahora se reconoce la extensa
trayectoria de un arquitecto que entiende la arquitectura como arte; de hecho
la pintura y al escultura son sus otras dos grandes pasiones. (“Hoy en día, la
calidad arquitectónica provoca a menudo una reacción negativa, por lo que
algunas veces necesito detenerme y ponerme a dibujar”).
Se
premia una arquitectura en la que se mezcla la modernidad con aspectos
vernáculos, que nunca se olvida del entorno en el que se enclava intentando
mantener siempre un diálogo con todo lo preexitente, y que da respuestas
directas a las necesidades de los proyectos. Todas estas ideas quedan reflejadas
desde sus primeras obras en Oporto (restaurante Boa Nova o la piscina oceánica
Leça da Palmeira) y en ninguna de sus proyectos posteriores traicionó estos
principios.
Álvaro
Siza a pesar de ser uno de los arquitectos más reconocidos y de tener obras
premiadas en varias capitales europeas huye de la imagen de arquitecto
estrella, de edificios como contenedores vacios validos para cualquier uso y para cualquier lugar, y se acerca a
proyectos pensados para el hombre y que cubren una necesidad concreta, es decir
una arquitectura útil y funcional.
jorgesanroman
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