La
plaza y la calle son los espacios de relación por excelencia. Hasta la llegada
de los “supermall” americanos o internet, el lugar común de esparcimiento y relación
de los ciudadanos eran las calles,
plazas y parques. Y antes, disfrutar de ellas era gratis.
Impacto funcional y estetico |
El
uso con fines lucrativos del espacio público no es un fenómeno nuevo, pero se
ha visto fortalecido como compensación hacia los hosteleros por el
endurecimiento de la ley antitabaco. Desde que hace un par de años entrara la
nueva ley en vigor, nuestras ciudades han visto incrementado el número de
terrazas de forma notable. Producto de la flexibilización de las ordenanzas
como medida de compensación, un colesterol en forma de mesas, sillas, toldos, pérgolas
y carpas con gran impacto visual obstruye el paso por nuestras calles.
En
los centros históricos de nuestras ciudades, y especialmente en el caso de
calles peatonales y plazas, la situación se ha vuelto asfixiante, y la
superficie de uso lucrativo ahoga el espacio público, impidiendo no sólo el
disfrute, real y gratuito, del mismo, sino el mínimo de funcionalidad exigible,
dificultando el paso a los viandantes. Y a los servicios de emergencia. Determinadas
normativas contemplan medidas para paliar este déficit, como la separación de
las terrazas respecto a las fachadas, de manera que los peatones ciegos puedan
referenciar su posición, pero lamentablemente esto es algo que ocurre en pocas
ciudades.
Podría
argumentarse que las tasas impositivas que los ayuntamientos aplican a la hostelería
redundan en el beneficio de todos, y es posible que un buen administrador
consiguiera esto. Pero todos sabemos en manos de quienes estamos, y por otro lado lo
único seguro es que quien pone la terraza ya habrá tenido en cuenta esa carga.
No se podrá decir entonces que es un nuevo método de redistribución de la
riqueza, es un cambio de manos.
A
todos nos gusta disfrutar de las terrazas, pero necesitamos un punto de mesura.
El espacio público ha de pertenecer a su legítimo propietario, el ciudadano.
Otro modelo ha de ser posible.
a mateos
No hay comentarios:
Publicar un comentario