07 agosto 2013

h2o+Arq

El agua siempre ha sido un elemento un poco tabú en el diseño de arquitectura. Fuente (y nunca mejor dicho) de problemas y patologías, hemos intentado ignorarla un poco (al menos yo). Por circunstancias de la vida, ahora me toca trabajar mano a mano con este elemento, así que voy a poner unos ejemplos maestros y motivadores. Clásicos. Tres obras muy diferentes que he decidido clasificar en función del protagonismo del agua, su movimiento, relación con la arquitectura y entorno, de la siguiente manera:


ARQUITECTURA
El agua forma parte de ella, es un material más, un pavimento, un plano. Sincera y simple nos llena de paz.

Pabellón de Barcelona. 1929. Mies van der Rohe

AGUA
Una corriente permanente nos invita a recorrer, a disfrutar. El contenedor blanco es secundario, independiente descansa sobre la colina.

The Diana, Princess of Wales Memorial Fountain. 2003. Kathryn Gustafson

ARQUITECTURA+AGUA
Sobre la costa Atlantica estas piscinas se confunden con las rocas. El paisaje cambia con las mareas, el edificio forma parte de el.

Leça da Palmeira. 1959-1973. Álvaro Siza Vieira


ángelita

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